Un hecho real —la desaparición de una locomotora
en la inmediata postguerra española y su búsqueda
por parte de un teniente y un par de soldados, durante dos años— es el origen de Las calicatas por la
Santa Librada; un retrato, por momentos sarcástico
y, por momentos, conmovedor, de tan aciago periodo de la reciente historia de España.
Las calicatas por la Santa Librada desborda las convenciones de la novela al uso, por la variedad de materiales (documentos administrativos, sentencias
judiciales, artículos de prensa, cartas…) que la constituyen, y por el puñado de relatos que la van trenzando hasta plasmar una vívida estampa de la
época, concebida siempre desde el humorismo, a
veces, descarnado y, otras, de una emocionante ternura.
Drácena publica por fin este prodigioso y desmesurado
relato que resultó finalista absoluto del XXIII
Premio Azorín de novela.