Hay sucesos que en un solo instante cambian tu vida para siempre.
El mismo día que Paula volvió a nacer la existencia de Aitor se detuvo en seco. Ahora convive cada día con sus demonios y no encuentra las fuerzas para seguir adelante.
La vida prosigue inalterable a su alrededor, sin embargo, para ellos ya nada será igual. Ambos deben encontrar su camino, su lugar en ese mundo que ya no les es familiar, y puede que el otro sea lo único que necesiten para conseguirlo, por más que no parezca lo adecuado.
Quizá la oscuridad no sea siempre enemiga de la luz y un solo latido pueda marcar la diferencia.