En este libro hablan luchadores: sanitarios, bomberos, policías, militares… Héroes de carne y hueso que no dudan en acudir volando a una llamada de socorro y afrontar el peligro con el único objetivo de salvar vidas.Valentín Río, médico de Barcelona, dedicó a esta tarea una docena de años como facultativo de helicópteros medicalizados y nos ofrece una cosecha de ciento doce testimonios de colegas y personas vinculadas a los servicios de emergencias en los que el helicóptero interviene. Todos contestaron al mismo cuestionario. El resultado ofrece ciento doce confesiones, opiniones y reflexiones valientes que nos permiten conocer situaciones críticas, inverosímiles, dramáticas, divertidas, emotivas o singulares de esta profesión. Con dichos testimonios, un compendio de vivencias que van hilvanando múltiples historias, se nos permite conocer mejor las sensaciones de cabina, las intimidades de esta arriesgada profesión a la vez que nos muestran el lado más humano y las tribulaciones de estos héroes cotidianos. Sin pretenderlo, con las diferentes res-puestas de cada autor, se va configurando un interesante libro de aventuras que tienen en común que el socorro llega volando, girando palas, batiendo el viento. Acudir al socorro, a veces, es luchar contra gigantes. Durante la elaboración el autor tuvo conocimiento de un niño que luchaba por sobrevivir a un cáncer cerebral: Iván, hijo de pilotos. Impresionado por esa historia, el autor decidió sumarse a las numerosas iniciativas que apoyaban a Iván. Las aspas son las que mueven molinos y a las alas rotatorias de los helicópteros se les llama «palas». Todos los testimonios se han brindado para ayudar a Iván, y a niños como él y sus familias, que luchan por mantener viva la esperanza. ¿Una quijotada? Por eso el título de este libro: Ángeles con Palas, 112 testimonios para ayudar a Iván. Los beneficios que genere este libro se destinarán a ayudar a Iván y a la Asociación VOI (Voz para la Oncología Infantil). Si con ellos se mueven conciencias que ayuden a salvar vidas, nos sentiremos muy satisfechos.
Todos mirando fuera, ¡despegamos!
