Las ochenta y ocho breves narraciones que componen En sueños de otros son un puñado de las historias que nos rodean, que somos, que respiramos, y que la autora escribe a la manera de la poesía: atendiendo a la realidad sin interferir y apresando con rapidez lo que aletea, lo entrevisto al pasar. Frente a una narrativa que desarrolla y agota la causalidad y la sucesión, ella opta por la latencia y la sugerencia. Frente a una prosa extensa, una prosa intensa. Frente al análisis y la planificación, la síntesis intuitiva. Las historias de este libro son potencia apenas desentrañada, conflictos sin desanudar. Llegan y se leen enteras, en una mirada, y piden solo un minuto de silencio tras su lectura para resonar.