Donación de un órgano en vida. Este libro no es un relato autobiográfico, ni un manual de autoayuda. Son las reflexiones de una donante sobre la prestación sanitaria recibida, los momentos difíciles, las personas que la han ayudado y los momentos únicos vividos.
En contra de la sensación aún generalizada, ser donante de un órgano vital no tiene por qué ser una acción difícil, ni menos heroica, siquiera valiente, menos terrible, ni dolorosa.
En este texto se pone en evidencia la alegría y gratitud que genera poder contribuir a dar la vida a otra persona, sin por ello convertirse en un ser fuera de serie. Lo de menos es el reconocimiento que el donante pueda recibir, puesto que el premio es una experiencia puramente personal muy gratificante.
Por supuesto, la autora solo posee experiencia de la donación en vivo, intervención quirúrgica que se realiza cada vez con más frecuencia en la actualidad, sin obviar las provenientes de las personas que hayan fallecido con antelación. No obstante, está convencida de que quienes deban enfrentarse a la muerte de una persona querida, pueden cooperar con la misma actitud, incluso encontrándose en un momento difícil y singular, en especial en los casos de accidentes inesperados. Donar órganos de un fallecido puede proporcionar la misma gratitud y seguridad por haber cumplido una acción solidaria, inmensa y bonita. Del mismo modo, la donación de órganos o tejidos, hecha como quien hace un testamento para donar sus bienes materiales, cuesta menos y aporta satisfacciones indescriptibles para lo que queda de vida.
Este libro no es un relato autobiográfico, ni mucho menos un manual de autoayuda, sino la narración de unas vivencias encuadradas en el momento en que se produce el trasplante, cuando la protagonista del libro reflexiona sobre la prestación sanitaria que recibe, sobre los momentos difíciles del covid-19, periodo que coincide con la escritura del libro. Lo es también sobre las personas que la ayudan en su periplo, sobre quienes la rodean y los acontecimientos que se producen simultáneamente.
Es, asimismo, una reflexión sobre la memoria y las vicisitudes que comporta, en algunos casos, comunicar con otras personas en momentos únicos. Todo ello, por descontado, desde un punto de vista literario.