Este libro podría empezar por una definición que implicara una identidad: Buenos Aires es Tal o Cual Cosa, etcétera . He evitado semejante tentación. La identidad es fija, pétrea, intemporal. Todo lo opuesto a la vida. Acaso asegure la eternidad, como en unos versos de Borges A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires, la juzgo tan eterna como el agua y el aire , pero lo eterno es lo que nunca muere porque tampoco jamás ha vivido. Más bien me inclino a pensar Buenos Aires como un devenir, no como un ser.