Una noche durante la exposición de su obra, una joven escultora conoce a Cyan, un coleccionista de arte con la barba turquesa, un encanto natural y una esposa recién fallecida. Embriagada por su presencia y su grupo de sosticados amigos, decide acompañarlos a una esta de excéntrica decadencia en una mansión apartada del mundo. Cuando, a la mañana siguiente, Cyan le ofrece una residencia como artista bajo su techo, se abandona a convertirse en otra capa de dermis en la casa de la piel. Desde entonces, hectáreas de profunda soledad, retratos cuyos ojos parecen mirar, zapatos de ballet que caminan cuando nadie los ve, máquinas de escribir que piden ayuda y el pedestal vacío de una mujer deshecha; encargos y más encargos que no signican nada, claustrofobia y amenazas mudas. ¿Qué es un artista si no el medio para su arte? ¿Para qué existir cuando su creación ya ha visto la luz?