Las cuatro obras esenciales de Benjamin Constant reunidas en un solo volumen: Adolphe, Cécile, Amélie y Germaine y El cuaderno rojo Sola inconstantia constants, tal era el lema de Benjamin Constant, hombre de letras y político ilustrado en su vida pública, truhan y señor en la privada. Amante veleidoso, coleccionista de mujeres, embustero redomado capaz de simular un suicidio para granjearse los favores de una dama, Constant alumbró, con extraordinario genio literario, algunas de las páginas más vibrantes, divertidas y lúcidas sobre las volatilidades del alma en las lides del amor. Las obras que reunimos en Los amores inconstantes Adolphe (1816, novela autobiográfica), Cécile (1810, autobiografía novelada), Amélie y Germaine (1803, novela-diario) y El cuaderno rojo (1807, memorias de juventud) se articulan alrededor de una escritura en primera persona en la que ficción y realidad se dan la mano para traspasar los límites, aquí difusos, de los géneros narrativos. Mediante una inteligente construcción literaria en la que persona y personaje se confunden, Benjamin Constant nos ofrece el vívido retrato de una ed