Estos relatos, inspirados en un mundo a veces lejano y tórrido, otras veces radicalmente urbano, van desde el realismo sucio a lo fantástico, a lo mágico. Nelson Guarin ha reflejado la compleja naturaleza del ser humano, condenado a sobrevivir en esos mundos, siempre cambiantes, que oscilan entre lo oscuro y lo luminoso.