Un canto al misterio inagotable de las islas, de la Atlántida soñada al infierno de Alcatraz. Ningún hombre es una isla, dijo el poeta. Pero una isla puede convertirse en las personas que la han buscado, imaginado, padecido o conquistado. Envueltas por el mar, esa metáfora del infinito, en las islas la experiencia humana alcanza sus más altas cotas de utopía y barbarie. Como un explorador antiguo, Ernesto Franco propone en este libro anfibio mitad verdadero y mitad fantástico un fascinante islario donde confluyen la novela de aventuras, el tratado antropológico, la historia natural y la crónica bélica. Y lo hace a través de los relatos hipnóticos que va desgranando el Pilota, un lobo de mar aficionado al ron y al tabaco que posee la sabiduría de aquél que ha surcado todos los océanos y desembarcado en todos los puertos. Como quien encuentra un mensaje en una botella confiado al capricho de las aguas, el lector hallará en estas páginas un compendio inagotable de fábulas isleñas: el mito del laberinto de Creta; el misterio de las estatuas de la Isla de Pascua; las correrías de los piratas en Tortuga; las fugas