El teatro de Borja Ortiz de Gondra se caracteriza por su exploración de la memoria, la identidad y los conflictos familiares e históricos a través de una escritura reflexiva y una estructura narrativa compleja. Sus obras rompen la linealidad temporal, alternando tiempos, superponiendo acciones y mezclando realidad con imaginación, lo que refuerza la subjetividad del recuerdo y la tensión entre pasado y presente. «El barbero de Picasso» es una comedia sobre la amistad entre Picasso y su peluquero Eugenio Arias durante el exilio, marcada por choques culturales, humor y reflexiones sobre arte, política y la dificultad de entendimiento. En «Miguel de Molina, la copla quebrada», un periodista entrevista a Miguel de Molina en su exilio en Buenos Aires, donde el artista repasa su vida marcada por el éxito, la represión y el exilio, sin entender aún la violencia y el rechazo que sufrió por ser homosexual. «Prodigios» narra la conflictiva relación entre Aurora Rodríguez y su hija Hildegart, marcada por la lucha por el control, la independencia y la reconciliación en medio de tensiones políticas y familiares en la