El club de los primogénitos, una agrupación similar a Alcohólicos Anónimos, acepta a cualquier persona que haya sufrido un secuestro a lo largo de su vida. Es gente muy marcada por su trauma, tendente a comportamientos extremos, que procura ayudarse mutuamente sin desvelar su identidad todos han adoptado nombres de escritores que comienzan por «B»: Brontë, Baudelaire, Bazán Beatriz Bernal, una de ellos, denuncia el rapto de su hija por parte de su madre, una suerte de curandera del siglo XXI, una mujer que ha dedicado su vida a sanar el mal de ojo. Para localizarla, Beatriz recurre a Navacerrada, algo así como un investigador del que se sirven las clases más desfavorecidas cuando son víctimas de un acoso, un robo o cualquier otra contingencia para la que precisarían del abogado o el detective particular que no se pueden permitir. Navacerrada, antiguo policía, trabajador social y ex presidiario, se gana la vida gracias a estas tareas, pero debe compaginarlas con chapuzas para sobrevivir. Dividida en seis partes, articuladas en capítulos breves nombrados a la manera de los epígrafes de un guion cinematográf