El contenido de estas páginas no desmiente lo que anuncia su título pues en ellas Odilon Redon evoca episodios de su vida, nos entrega un peculiar diario en el que cada experiencia vivida se convierte en una experiencia intelectual, reflexiona sobre su arte y nos deja penetrantes semblanzas de artistas clásicos y de contemporáneos suyos. Pintor muy cercano a la literatura, tanto por sus amistades como por las ilustraciones de obras de Edgard Allan Poe, Gustave Flaubert o Charles Baudelaire, publicó sus «Confidencias de artista» en una revista belga, en 1894, y fue su viuda la que en 1922 las recogió en volumen junto a diversos escritos que lo confirman como un perspicaz observador del hecho artístico, atento a la realidad de la naturaleza pero enriqueciéndola con los constantes acercamientos a sus aspectos más misteriosos, en los que ponía «la lógica de lo visible al servicio de lo invisible». Las descripciones de paisajes se unen a reflexiones sobre temas sociales y filosóficos, y los acercamientos a pintores (sobre todo a su admirado Delacroix) pero también Courbet, Manet, Pissarro, Marie Cazin, Degas, Dur