QUERALT DEL HIERRO, MARÍA PILAR
El amor es un sentimiento universal e intemporal. No hay generación que no haya vibrado al ser testigo de una hermosa historia de amor. Sin embargo, la Historia con mayúsculas no parece tener en cuenta tales cuestiones y prefiere hablar de grandes gestas militares, de movimientos sociales o fluctuaciones económicas. Es más, quienes compartimos el hermoso oficio de transmitir e investigar en el álbum de familia de la Humanidad sentimos un cierto pudor a la hora de incidir en vivencias tan personales y privadas como son las relaciones amorosas, temerosos tal vez de que ello resulte por subjetivo , un demérito a nuestro trabajo. Craso error. Las grandes pasiones que han unido a hombres y a mujeres de todas las épocas y de todas las latitudes pueden ser reveladoras del momento histórico que les tocó vivir. Es evidente que el amor, la forma de relacionarse, no ha sido la misma en la edad media que en el siglo XXI, por poner algún ejemplo, ni se ha manifestado de igual modo en todas las clases sociales. Pero, aún así, no hay generación que no se haya emocionado con una gran historia de amor. Felices