La comida no es ninguna maravilla. Los monitores son un poco raros. Y el director del campamento, el Tío Al, parece un poco desquiciado. Vale, a Billy todo eso no le asusta.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información