Un pequeño museo que, por capricho del azar custodia la más deslumbrante colección de arte imaginable, arde en pompa con todos sus contenidos. A partir de ahí la historia de El clan de Klimt se va precipitando en progresión hacia un inesperado desenlace. Entre medio, una caterva de personajes y situaciones que se despliegan entre los laberintos del arte -galeristas, museólogos, artistas e incluso malditos nazis expoliadores de cuadros- van tejiendo una trama tan impactante como puedan serlo las fábulas y asuntos que los artistas del momento infunden a sus criaturas.