¿Y si, al contrario de lo que sucedió en los albores de la filosofía, el cristianismo, lejos de inclinarse hacia
un desvelamiento del ser de las cosas, hubiese contribuido más bien a pensar que la más profunda verdad de este mundo es el haber sido producido como una gigantesca ficción como una «fábula»?$%Cristianismo ficcional plantea un inédito constructo de cristianismo que parece contradecir, punto por punto, todo lo enseñado por el dogma católico. Mediante la maniobra de un autodeclarado falso ensayo, anuncia la última forma con que el cristianismo se hace manifiesto a un nuevo tipo de creyente que, paradójicamente, ha asumido la muerte de Dios no como liquidación de la fe cristiana, sino como condición para su experiencia efectiva. Un cristianismo sin Dios (ateo), sin yo para salvarse (antihumanista), sin otro mundo redentor (inmanente).