El destartalado héroe de esta historia tiene cuarenta y cinco años y ningún interés en seguir viviendo. Expatriado y sin lazos afectivos, su amante lo ha abandonado, le repugna el siglo XXI, y padece de insomnio, con lo que el sueño eterno se presenta como un horizonte prometedor. Pero antes de autoliquidarse un mero trámite, sin melodramas regresa a España para gestionar algunos asuntos, entre ellos vaciar el sombrío caserón en el que se crió y del que huyó tan pronto como pudo. Es entonces cuando el azar le pone sobre la pista de un secreto familiar celosamente ocultado durante dos generaciones. El hallazgo trastorna sus planes, ¿cómo se va a ir de este mundo sin antes saber qué sucedió?, ¿cómo?, ¿por qué? La curiosidad es una emoción poderosa. Y de alto riesgo. Conforme avance en su búsqueda, Lorenzo descubrirá que bajo las aguas calmas de su antiguo hogar, conservador y ultracatólico, coexistía un discurrir tumultuoso, regido por el caos, la furia y el deseo.
En Demolición la autora exhuma recuerdos de infancia para crear una narración en la que se solapan dos voces. Una, contemporánea, marcada por el escepticismo y la incertidumbre de nuestro siglo. Y otra, ancestral, exasperadamente romántica, guiada por vendavales de pasión y pulsiones extremas. Con un suspense in crescendo y una penetración psicológica inusual, esta es la crónica de un viaje que se inicia en las tinieblas y finaliza en un paisaje iluminado por la tolerancia y la comprensión.