En este 50 aniversario, el año en que Macron y Cohn-Bendit se abrazaron para autoproclamarse como los legítimos herederos del Mayo francés, esta obra quiere abrir las interpretaciones, poner de manifiesto el carácter complejo y plural de aquellas protestas y rehuir cualquier relato unívoco que arrebate al lector su libre y esforzada reconstrucción de los acontecimientos. No hay un solo Mayo ni todos los Mayos valen.