La vida consagrada es también una de las preocupaciones importantes del Papa. Así lo hace ver en esta extensa y sugerente entrevista. La fuerza de la vocación, que Francisco resalta a lo largo de estas páginas, se encuentra precisamente detrás de tantos hermanos y hermanas consagrados que viven al servicio de la Iglesia y de la humanidad en diferentes lugares y fronteras. «Hay muchos curas, religiosos y religiosas que no saben escuchar. Yo me pregunto: Si no sabes escuchar a tu hermano o hermana que tienes cerca, ¿cómo vas a escuchar a Dios, a quien no tienes directamente delante? Las personas consagradas hemos de aprender el arte del diálogo y del discernimiento común. Nos conviene practicar el apostolado de la escucha. Saber escuchar es fundamental».