Entre su pequeño negocio de recursos brujeriles, los encargos de Witchypop y su trabajo a tiempo parcial para el Servicio de Patrullas de Criaturas Sobrenaturales, Sam apenas tiene tiempo.
Su caso más reciente es también el más complejo al que se ha enfrentado: una figura oscura ha empezado a atacar a un considerable número de brujos y brujas y no saben quién es peor: las víctimas tienen secuelas irreversibles.
Sam, con la ayuda de sus amigos, deberá averiguar quién está detrás de los ataques o pueden ser los próximos en caer.