Fidel Sendagorta despliega en cuarenta virtuosos sonetos aquellos evocadores horizontes que todo ser humano busca o cree haber encontrado a lo largo de su vida.Jardines del tiempo son los jardines de esta vida y acaso de otras vidas: el jardín de las extrañas aves; el jardín delirante del otoño; los indómitos jardines monte arriba; el jardín de los equívocos senderos de la Historia; el jardín de la fortuna y sus encrucijadas; el jardín de la partida y el regreso; el edén de los diletantes y los enamorados; el jardín de los serenos días; el jardín antiguo de verdor y de ventura; el jardín del místico intervalo de las rosas o el postrero jardín de invierno de la muerte. Cuarenta sonetos que confirman la robusta personalidad poética que existe en la voz de Fidel Sendagorta, que logra con su impecable rima y métrica este homenaje a la tradición y nos sitúa frente a unos paisajes desde donde contemplarnos a nosotros mismos gracias a la universalidad de la poesía. «Fidel Sendagorta despliega en cuarenta virtuosos sonetos aquellos evocadores horizontes que todo ser humano busca o cree haber encontrado a lo largo de su vida». LUIS ALBERTO DE CUENCA
EL JARDÍN DEL RETORNO Dilapidé las noches y los días en turbios sucedáneos de infinito y presentí en añiles alquerías el frío resplandor de lo maldito. Tras gastadas volutas de granito me inicié en las siete alegorías y a través de veladas celosías admiré el retoñar de un viejo mito. El viaje demoró lo que una vida y solo en aparente retroceso acabó en el jardín de mi partida. En su verdor ya no me siento preso, conozco la heredad desconocida y apuro el rojo vino del regreso.