Como en un álbum de fotografías el relato se desarrolla por instantáneas: el ritual de irse a la cama, el agua de colonia barata que le echan en la peluquería, las vacaciones en el mar y los tebeos, el descubrimiento de la sexualidad... Las imágenes de la infancia, llenas de nostalgia, dejan paso al hastío y al rencor, pero bajo un velo de pudor se adivina una ternura no confesada.