Sam Green tiene muchísimas, pero muchísimas, muchísimas, muchísimas, muchísimas, muchísimas, muchísimas, muchísimas, muchísimas, muchísimas, muchísimas, muchísimas, muchísimas ganas de que llegue el día de su undécimo cumpleaños. O sea, muchísimas. Está impaciente.
De hecho, desearía que todos los días fueran su cumpleaños.
EL CUMPLEAÑOS DE SAM ESTABA A PUNTO DE TERMINAR.¡Y ENTONCES LA VIO!
¡UNA ESTRELLA FUGAZ!
¡Grandísima, surcando el cielo!Era impresionante, como un cometa, o un cohete, o fuegos artificiales.
Era magnífica, preciosa. Entonces recordó lo que su madre le había dicho.«Si ves una estrella fugaz, puedes pedirle un deseo.