"Sigo cruzando la península ibética para pasar temporadas en mi otra casa gateña, sigo teniendo amigos con los que hablo de literatura y de la vida, y sigo queriendo a Extremadura como queremos a las personas que nos dan disgustos, pero también felicidad: con sus errores y sus defectos. Extrmadura es un paraíso difícil: una tierra en la que conviven los placeres y las injusticias, el afán de progreso y las servidumbre históricasm, el esfuerzo y la indolencia, la feracidad de la naturaleza y la tragedia de la despoblación, las autopistas excelentes y las comarcas abandonadas, la voluntad de ser y la necesidad de marcharse para lograrlo, el turismo y la pobreza, la modernidad y el arcaísmo, el trabajo bien hecho y el trabajo anclado en un pasado polvoriento. Aunque, releyendo la lista que acabod e escribir, lo mismo, o cosas muy parecidas, podría decirse de la mayoría de lugares qeu conozco. En cualquier caso, sigo comiendo en Extremadura un jamón serrano y una morcilla patatera excepcionales".
El dietario de Eduardo Mogaes un viaje sentimental que nos permite recorrer este territorio desconocido para muchos que es Extremadura huyendo de los clichés y acercándonos tanto a lo más recóndito como a lo más universal. Una prosa exquisita, no exenta de humor, se pasea y nos pasea entre árboles, pájaros, monumentos,m historia, sabores, texturas, colores, pueblos, amigos, paisaje, paisanaje, observaciones certeras, revelaciones luminosas y literatura. Este libro es ciertamente un viaje, pero también una guía de viaje tan detallada e interesante que entran ganas de coger la maleta y perderse entre las delicias de este paraíso para comprobar si es o no es, de verdad, difícil.