La pequeña ratita Ludivina descubre la pintura por pura casualidad. Al principio no la comprende, pero se siente atraída. Y, finalmente, descubre que su vocación es convertirse en pintora.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información