Cuando el corazón desafía al orden, hasta una frágil mariposa puede iniciar una revolución.
La súbita muerte de todos los animales de la Tierra divide a la sociedad de la República de Heden en dos: los celestes, la élite gobernante; y los domésticos, seres inferiores que provienen del otro lado del Muro y son usados como esclavos, prohibiéndoseles incluso tocar o mirar a los celestes.
Eva Salazar, hija del ministro de Alimentación, lleva una vida perfecta.
O eso transmiten los periodistas cuando su inminente boda se vuelve mediática.
Lo que los medios desconocen es que el enlace está concertado, por intereses políticos, con un hombre al que no ama, y que Nina, la doméstica que la ha criado y a la que, aun yendo en contra de la ley, quiere como a una madre, va a ser abandonada a su suerte al otro lado del Muro.