El teatro de Borja Ortiz de Gondra se caracteriza por su exploración de la memoria, la identidad y los conflictos familiares e históricos a través de una escritura reflexiva y una estructura narrativa compleja. Sus obras rompen la linealidad temporal, alternando tiempos, superponiendo acciones y mezclando realidad con imaginación, lo que refuerza la subjetividad del recuerdo y la tensión entre pasado y presente. En «¿Dos?» el reencuentro inesperado entre Irune y Nerea revive un secreto del pasado que desafiará sus vidas y su amistad, llevándolas a confrontar lo que fueron y lo que son ahora. «Metropolitano» relata cómo Oscar, en el metro de París, se enfrenta a su soledad y frustración, mientras la rutina y la deshumanización urbana lo rodean, con la amenaza de un destino incierto acechando. «Dedos (vodevil negro)» es una comedia desquiciada que aborda temas como el sida, el desempleo y la violencia urbana, mientras retrata las relaciones entre dos parejas atrapadas en un juego de poder y desesperanza. «Mane, thecel, phares» explora el racismo, la multiculturalidad y la violencia en las sociedades europeas