En un entorno donde el acceso a la información pública y la transparencia juegan un papel
capital en el desarrollo imparable de las sociedades, y donde la tecnología avanza
rápidamente, las organizaciones y las competencias profesionales lo hacen a otro ritmo,
especialmente en las Administraciones públicas. Estas circunstancias colocan a los
profesionales que se adapten o mejoren la obtención, el tratamiento, la gestión o la puesta a
disposición de datos, en situación de obtener mejores resultados y por extensión, mejores
decisiones. Transparencia significa la posibilidad de acceso de los ciudadanos a toda la
información institucional, organizativa, de planificación, de relevancia jurídica, económica,
presupuestaria y estadística para el ejercicio de ese «empoderamiento» del cual se pretende
revestir a la sociedad; empoderamiento que no debiera servir de excusa para que las
instituciones se hastíen, ya que la publicidad de la información no significa que se delegue el
control, sino que se comparta para la consecución de fines legítimos