Una antropología del amor requiere una mirada distanciada y crítica con relación a la presuposición de que las emociones y los sentimientos apasionados más refinados se vinculan, necesariamente, con las vivencias y las manifestaciones del amor romántico, tal como este ha sido concebido e idealizado en Occidente. Con este objetivo, la autora toma como campo de investigación los discursos amorosos producidos en diferentes contextos culturales. El carácter universal de la experiencia amorosa no implica que este sentimiento sea percibido exactamente de la misma manera en todas las sociedades. Trabajando con conceptos como salvajismo, domesticación y disciplinamiento del amor, la filósofa y antropóloga Josefina Pimenta Lobato demuestra en "Una antropología del Amor. De Oriente a Occidente" cómo distintas tradiciones elaboran y dan sentido a esta experiencia. En su recorrido por el imaginario amoroso de diversos pueblos, desde los poemas de los antiguos trovadores medievales hasta las narrativas de Oriente Medio e India, la autora logra identificar las diferencias e inesperadas coincidencias de esta atmósfera tra