ALICIA CÁMARA / MOLINA, ÁLVARO / VÁZQUEZ MANASSERO, MARGARITA ANA
¿Qué miran los personajes del fresco de Giandomenico Tiepolo que 
	protagonizan la cubierta de este libro? ¿Por qué nos dan la espalda? 
	¿Qué despierta hasta tal punto su curiosidad en el escenario urbano en 
	el que se encuentran? En este libro obtendrán la respuesta a esta y a 
	otras cuestiones relativas al desarrollo del conocimiento y del saber en 
	las ciudades entre los siglos xvi y xviii. El volumen se articula en 
	torno a tres ejes de reflexión: «Los ingenieros y el saber aplicado a la 
	ciudad», «Artífices y agentes del saber» y «Saberes y espacios para el 
	entretenimiento», a lo largo de los cuales distintos especialistas 
	analizan cómo desde el Renacimiento las ciudades se convirtieron en un 
	escenario privilegiado donde se desarrolló y difundió el saber. El 
	carácter transversal que introduce el estudio de este extenso periodo 
	histórico supone una novedad que permite dibujar un panorama rico en 
	matices, al tiempo que determinar los puntos de continuidad y de cambio 
	en los procesos de creación, circulación e institucionalización del 
	conocimiento.
	Palermo, Orán, Valencia, Barcelona, Roma o Madrid, son solo algunas de 
	las ciudades en las que arquitectos, ingenieros, pintores, mercaderes, 
	vendedores ambulantes, libreros, eruditos o académicos construyeron y 
	difundieron unos saberes que se tradujeron en edificios y se 
	compartieron en espacios creados para ello. En la ciudad, el 
	conocimiento circuló a través de libros, pasquines, estampas, dibujos, 
	pinturas e, incluso, espectáculos ópticos dirigidos a un público cuya 
	extracción social se fue ampliando a lo largo de toda la Edad Moderna.
	Esta obra colectiva sobre los usos, espacios y dinámicas del saber en la 
	ciudad desde el Renacimiento hasta la Ilustración aborda un tema 
	forzosamente interdisciplinar —el pasado de la ciudad en época moderna— 
	a través de quince investigaciones provenientes de los campos de la 
	historia, la historia del arte y de la arquitectura, así como de los 
	estudios literarios y visuales. Al carácter transversal que introducen 
	estas aportaciones, que ayudan a interpretar las continuidades y 
	rupturas que los saberes científicos experimentaron entre los siglos xvi 
	y xviii, se suma la novedad del punto de vista que puede proporcionar 
	entenderlos en el escenario de las ciudades europeas de la Edad Moderna 
	a través de las imágenes y descripciones que de ellas hemos heredado.