Una distopía ligera, adictiva y original, con personajes que abrazan la diversidad y un fondo reflexivo que recoge inquietudes muy actuales.
En Anavrin los cuerpos son meros continentes.
La conciencia de los anavrianos salta de uno a otro cada cierto tiempo para garantizar la estabilidad de esta ciudad, la única existente en el nuevo mundo. Alma es una anavriana ejemplar, pero se hace a menudo una pregunta: quiere saber por qué brilla el cielo cuando es de noche.
La necesidad de respuesta aumenta cuando conoce a Marlen, que le llama la atención por su sonrisa. Marlen despierta en Alma una curiosidad que podría considerarse ilegal y eso hace que sienta miedo a despertar en otro cuerpo y en otro lugar, lejos de ella. Más allá del núcleo, en la periferia, la vida es muy distinta, y fuera de la muralla, de donde vienen los visitantes, está el territorio secreto de Tressed, un lugar en medio del desierto donde los saltos no existen.