Existe un triple movimiento susceptible de ejecución en el acto de lectura: la escucha, el montaje, la cartografía de la reverberación. En su modalidad más profunda, leer es sentarse a escuchar. Componer y montar imágenes, hacer del texto un cine sensorial, proyectarlo. Conversar con las citas del texto; esos nudos, esos núcleos, esos puntos de fuga. Maria Cecilia Salas ejecutó ese triple movimiento al leer la obra íntegra de Marguerite Duras: escuchó, montó su cine de visiones, trazó correspondencias entrañables.