Un día, el pobre Jeremy se despierta en el veterinario con un cono gigante alrededor de la cabeza.
Este cono le hace sufrir unha crisis existencial momentánea que lo convierte el torpe y maloliente GATO CONO.
Todo es terrible hasta que el cono se convierte en un instrumento para lamer los últimos restos de los cereales en la mesa del desayuno.