Las mujercitas protagonistas de las tres primeras historias que integran esta antología —«Lirios
acuáticos», «El secreto de Sophie» y «El debut de Debby»— aparecen como versiones actualizadas de «La Cenicienta», ambientadas en un escenario familiar para Alcott, y en las que se prescinde, entre otras
muchas innovaciones, de la rivalidad entre hermanas. Según se presentan aquí, se observa cómo el
elemento más reconocible del cuento —la buena doncella que espera al príncipe que ha de sacarla de la pobreza— se va desdibujando: Ruth, en la primera de las historias, se desposa con su príncipe; no
sabemos si Tilly, en la segunda, lo hace o no; y Debby, en la tercera, se casa, pero con un hombre sin más patrimonio que «un corazón fiel», unos «brazos fuertes» y «un apellido honesto». En cualquier caso, ninguna de estas tres heroínas, tan ajustadas al patrón de mujer resuelta y autónoma de Alcott, funda sus esperanzas en un casamiento ventajoso para alcanzar las metas vitales que se ha propuesto, bastándoles para ello su propio ingenio, talento y esfuerzo. La obra se completa con «¡Qué isla tan extraña!» y «Diente de León», dos deliciosas fantasías que dan una visión más amplia de los registros juveniles de la autora.