Este libro es el compañero canino de GATO CONO.
Un día, Emma sale del veterinario con una pantalla de plástico gigante en la cabeza.
Este armatroste le impide girar, cavar y hace que Garson, el galgo, se quede boquiabierto. Una cosa está clara: el cono no es bueno y lo único que queda por hacer es enfurruñarse.
Cuando el humano que vive con Emma intenta animarla con un juego de buscar la pelota, Emma descubre que el cono atrapa milagrosamente todas las pelotas.