La cultura de la vivienda en propiedad es una institución en la población española creada en las dos primeras década del franquismo. Las políticas de vivienda franquistas reflejan los prejuicios patriarcales sobre la familia y la mujer del nacional-catolicismo, y la creencia falangista en el poder moderador de la propiedad sobre el radicalismo social. El régimen de Franco utilizo la vivienda protegida como elemento central de su propaganda social, y para cuadrar a los productores en el sindicalismo vertical.