AA.VV
El ‘King Kong’ original, una película descrita por la crítica de la época como ‘exótica’ y de ‘fantasía’, es
una versión más del mito de ‘la Bella y la Bestia’, inmortalizada en la imagen del pobre gorila llevando
en la palma de la mano el tierno, cálido, aterrado pero bien torneado cuerpo de Fay Wray. La historia
narra las aventuras de un gigantesco simio capturado y llevado hasta la Gran Manzana en plena época
de la Gran Depresión, para ser expuesto ante la gente, a la que causa pánico, y que termina de forma
dramática. La difícil génesis y la penosa realización de King Kong no impidieron que se convirtiera en
una de las obras maestras del género, jamás superada por cuantos intentaron recrear su historia. Este
clásico del cine de terror retrata Nueva York y su skyline, y fue uno de las primeras que convirtió a la
ciudad en protagonista de cine, y también uno de los pioneros en incluir efectos especiales. También
es una de las películas más taquilleras de la historia del cine norteamericano.
Todo el mundo lo recuerda, pero ¿quién lo conoce realmente? Desde el día en que fue concebido
hasta lo que es hoy para nosotros, su imagen ha ido modificándose a través del tiempo. Porque King
Kong, abominado, temido, vilipendiado y censurado, vive aún; no ha muerto más que en la ficción: así
lo quiso su época. Esta obra es, a fin de cuentas, la historia de Kong en el cine y fuera de él. El fabuloso
monstruo creado por Hollywood fue algo más que una máquina de inversión y recaudación de sumas
fabulosas. En su gigantesca silueta negra se han proyectado muchos mitos: la bella y la bestia, la
libertad reprimida, el complejo de Edipo, la fuerza originaria contra la fuerza civilizadora, la debacle del
crack económico de 1929, la premonición de conflictos bélicos...